viernes, 15 de febrero de 2013

El gran error de Mauricio

Circo criollo 

El gran error de Mauricio  

No es preciso ser Nostradamus ni haber estudiado con los monjes del Tibet para predecir, con altísimo grado de certeza, que el señor Mauricio Macri, actual gobernante de la ciudad Capital y máximo dirigente del Pro, no va a ser, jamás de los jamases, presidente de los argentinos. Porque si hasta hace unos días tenía algunas chances, dados los profundos desbarranques de la Señora y de la excesiva sobrecarga que le significan su vicepresidente y no pocos de sus ministros, hoy puede aseverarse, sin ningún género de dudas, que las acaba de tirar por la borda. Y esto tiene poco o nada que ver con otros de sus desaciertos, como lapoda de árboles para darle paso al controvertido metrobús por la avenida 9 de Julio, la carrera de autos que se propone hacer por el centro-norte de la ciudad, olvidando que para eso ya hay un Autódromo, y la suba del boleto del subte a 3,50, presuntamente endulzada con la aparición de formaciones chinas  con aire acondicionado. No, si bien todo eso es grave y hasta gravísimo, casi tanto como su pasión por Freddie Mercury y su desconocimiento supino de Carlitos Gardel, el obstáculo mayor a su carrera presidencial se lo acaba de poner él mismo, al decir que, si llegara a ser presidente de los argentinos, una de sus primeras medidas sería terminar con Fútbol para Todos. Lo que no sólo suena a incoherencia y hasta a barrabasada, especialmente en un político que supo ser dirigente de Boca Juniors, sino que implica asimismo desconocer las virtudes, digámosle políticas, de este programa.  Porque como bien lo señalan las encuestas, el apoyo a la Señora viene en picada, lo que bien podría explicarse, no sólo por lo veleidoso que es el pueblo argentino, sino asimismo por algunos pequeños errores de su gestión. Como, por ejemplo, la inflación; la pretensión de que Irán entregue a los culpables del atentado a la AMIA mediante una gestión judicial argentina ¡en Teherán!; el parate de la economía; el descontento social: la inseguridad: el cepo cambiario, y hasta el gracioso recuerdo del tren bala. Pues bien, pese a todo eso y algo más, ¿dónde persiste el apoyo a la gestión presidencial, según las encuestas? Pues precisamente entre quienes se solazan viendo viernes, sábados y domingos, y a veces hasta los lunes, “Futbol para todos”,  justamente el programa que el presunto candidato a ocupar el lugar de la Señora se propone eliminar si llega a sillón del morocho Rivadavia. Pero además. ¿con qué piensa reemplazarlo? ¿Con polo para todos? ¿Con rugby para la juventud de Barrio Norte? ¿Con ping pong para los supermercadistas chinos? Su pretensión es totalmente descabellada aunque algo hay que agradecerle. Porque peor, muchísimo peor habría sido que la gente, el votante, el hincha del buen futbol, siempre tribunero aunque esté cómodamente sentado en el sofá frente a la TV y tomándose una birra, se enterase de los planes nefastos del señor Macri una vez que asumiera en la Rosada. No, ha sido un paso en falso pero definitivo. Que pase el que sigue. Y al que habrá que preguntarle, antes que cualquier otra cosa: Futbol para todos, ¿si o no? El reo de la cortada de San Ignacio estuvo de acuerdo. “Este mozo se equivocó como a las bochas”, comentó- “¿Y ahora quién nos queda?”, quiso saber un fulano que estaba en la mesa de al lado. El reo lo pensó un rato, tomó un sorbo de café y aprovechando que se había sentado en una mesa de la vereda, encendió un cigarrillo, negro y sin filtro. Y luego dijo: “¿Boudou no puede ser, no? Entonces elegiría a este muchacho Timerman. No digo que vaya a ser un gran presidente, pero fija que con él nos matamos todos los días de risa”.

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