miércoles, 3 de abril de 2013

Circo criollo ARGENTINA, UN PAIS DE MARAVILLA Los argentinos estamos pasando por un momento fantástico. El nuevo Papa es argentino; la futura reina de Holanda, es argentina, y Messi, el jugador nº 1 del mundo, también lo es. Un triplete de éxitos suficiente como para que cualquier pueblo de la Tierra se sintiera más que rechoncho y dijera basta para mí, estoy hecho. Pero no: hay más. Porque en consonancia con todo eso y como para que la fiesta de ser argentinos no se acabe nunca, el Gobierno se las ha ingeniado recientemente para que el pueblo tenga seis días extra de vacaciones. Para lo que se juntaron los feriados de Pascua, jueves y viernes santo, más un fin de semana y un lunes sándwich entre dos días no laborables, el domingo y el martes 2 de Abril. Una fecha en la que, como se sabe, se celebra la fugaz ocupación de las Malvinas por un gobierno militar no elegido por nadie y culpable, además, de un montón de bellaquerías, seguida por una derrota que nos costó más de 600 muertos, un acorazado hundido y varias aeronaves perdidas. Pero, argentinos, ojo, que esta racha inconmensurable de felicidad bien ganada, no termina aquí. El Gobierno, visto el éxito alcanzado por la reciente cadena de feriados, ya tiene dispuestos los decretos para que haya más días festivos, entre los que se incluirían las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, el desastre de Sipe Sipe y el revés de Cancha Rayada. Menos chances, por ahora, pero sólo por ahora, tienen el terremoto de San Juan del siglo pasado y la epidemia de fiebre amarilla del siglo XIX, pero será cosa de saber esperar. (Por ejemplo, las inundaciones de hace unos días en Buenos Aires y en Tolosa, ¿no merecerían también en un futuro ser recordadas con un par de feriados?) En este contexto glamoroso, y mientras se espera que el dólar blue toque los 10 pesos para iniciar otra ronda de días festivos, es maravilloso de ver cómo se están poblando las filas de la burocracia estatal con miles y miles de jóvenes de la Cámpora, que sin duda alguna le van a dar a la gestión estatal el bullicio y el encanto de que hoy carece. Llena, como hoy está, de laburantes veteranos y aburridos, abrochados a sus asientos y que, por añadidura, muestran poco entusiasmo a la hora de acudir a la Plaza o a donde sea que el Gobierno los necesite para hacer número y vivar a la Señora. Algunos inocentes y otros no tanto, se preguntan cómo va a hacer el país para salir adelante con tanta fiesta, tantos empleados públicos y, también (dicen ellos, los contras del modelo), tanto macaneo, como el de la morenocard, los precios congelados y la inflación oficial planchada. Mientras el cepo cambiario estaría haciendo estragos sobre la inversión y el empleo privado y cuando parecería que va a ponerse de moda otra vez aquel tango que decía “¿dónde hay un mango, viejo Gómez?” Vale decir todas chapuzas de perdedores que no toman en cuenta no sólo lo glamoroso del momento que vive el país de los argentinos, sino de los éxitos que se avecinan y que tienen nombre y apellido: uno, la soja argentina, que la esperan ávidamente China y otras naciones que gustan de este yuyito (como graciosamente lo mencionó la Señora), y que también están ávidos de vender quienes lo producen, ya que recibirán nada menos que tres pesos con cincuenta por cada dólar exportado. Y segundo factor, pero no menos importante, ya están madurando las excelentes gestiones llevadas a cabo en Angola y en Vietnam, de lo que resultará un boom exportador sin antecedentes no ya en el país, sino en el mundo. “¿Sabe la que se viene, maestro?”, dijo entusiasmado el reo de la cortada de San Ignacio. “¿Vio que a los que laburan les pagan los feriados como si los hubieran trabajado? Bueno, me dijeron, pero de muy buena fuente, que con los jubilados van a hacer lo mismo”. Su interlocutor lo miró como si el reo desvariara y luego le respondió: “Pero jefe, ¿acaso los jubilados no trabajan ningún día del año, precisamente porque están jubilados? “Justamente, le respondió el reo. Como no laburamos ningún día del año, nos tienen que pagar el doble. ¿O no?” Y antes de que el otro reaccionara pidió otra ronda de ginebra. “Pago yo”, afirmó. Y agregó muy convencido: “Y es a cuenta”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario