sábado, 28 de diciembre de 2013

Circo criollo EL MATERIAL MÁS DURO Una penosa noticia atraviesa hoy el corazón de la República y golpea mucho más que la canícula y los cortes de luz. El mausoleo del ex presidente Néstor Kirchner, que se encuentra en Río Gallegos, está experimentando un grave deterioro debido a que cedió el piso y esto afectó parte de la estructura. Tan grave es la cosa que hasta se ha pensado en retirar de allí el féretro que contiene sus restos, no vaya a ser que todo se venga abajo y se destruya el cajón donde descansa el hombre, lo que podría dar lugar a escenas dantescas si fuera cierto, como afirman los contreras y cree el vulgo, que en esa bóveda no sólo descansan los restos del ex mandatario, sino que allí también se almacenan fortunas en oro 18 k y en dólares. Mientras tanto, se estudia con qué material suficientemente duro podrá reemplazarse lo que se dañó, habida cuenta de que el que se puso originalmente no ha sido capaz de resistir el peso de la obra, agravado, según la increíble leyenda, por la sobrecarga representada por los lingotes de oro. Lo que puede deberse a dos razones: una, a que el equipo del señor Báez, que fue el que hizo la obra, calculó mal o no le dijeron todo el peso que venía con el finado, y en consecuencia el piso cedió; y otra, a que el personal de este señor, acostumbrado a la obra pública, escamoteó cemento, echó cal de cuarta y puso fierros viejos y oxidados y por eso el monumento se está viniendo abajo. Ahora bien, esto no puede, de ningún modo, quedar así. El mausoleo del marido de la Señora y fundador del kirchnerismo, debe volver a ser lo que se pretendió que fuera, esto es, un monumento que perpetúe la memoria del occiso por los siglos de los siglos, lo que no garantiza en absoluto el deficiente material empleado por la empresa del señor Báez que se encargó de levantarlo. Ya que, como se ha visto, de continuar todo como hasta ahora, a las próximas generaciones sólo le quedarán los escombros y, acaso, las hilachas del saco cruzado que supo vestir. Por eso es importante que el señor Báez exprese con toda claridad qué es lo que piensa hacer para reparar ese monumento de un personaje tan querido por todo el país y al que tanto se debe. Es decir qué material, de suficiente dureza, se valdrá esta vez para que la bóveda se mantenga enhiesta por los siglos de los siglos. O sea qué acero, qué metal extraordinario aplicará esta vez, en lugar del relleno de cuarta que usa habitualmente. ¿Acaso el que se emplea en las naves espaciales? ¿El de los misiles más salvajes y destructores? ¿El que tiene el más alto componente de carburo de tungsteno o de algún otro material raro y carísimo? En el Margot se armó una discusión acerca de qué material se podría emplear para garantizar que la bóveda de Kirchner no se cayera. Unos hablaron del titanio, que sería fuertísimo; otros, del material que se emplea en los cohetes que se mandan a Marte y también… Pero en ese momento intervino el reo de la cortada de San Ignacio y propuso: “¿Y por qué no prueban con la cara de De Vido?” Y como todos se quedaran mirándolo, agregó: “No conozco nada más duro. Hace diez años que es ministro de Planificación y ahora anda echándole la culpa por los cortes de luz a las empresas. ¿Y hasta ahora qué hizo? ¿Apoliyaba o jugaba al chinchón en la oficina?”

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