jueves, 13 de marzo de 2014

Circo criollo JUGANDO EN EL SENADO La oposición, cuándo no, pretende hacer un escándalo por esa foto, tomada vaya a saber por quién, del vicepresidente de la República, Amado Boudou, jugando al sudoku en su computadora mientras se desarrollaba una importante sesión del Senado. Más precisamente la sesión en la que el Jefe de Gabinete, el señor Coqui Capitanich, en un verdadero alarde emocional, respondía a todas (o más bien casi todas), las preguntas que le hicieron los representantes de la oposición. Y acá, en esta crítica o en estas burlas, lo que se detectan son dos cosas: una, un profundo desconocimiento del alma humana (incluyendo la del vice), y otra, una no menos vasta ignorancia de las particulares circunstancias por las que está atravesando el nº 2 del gobierno nacional. Porque, vayamos por partes, como quería Jack El Destripador. En primerísimo lugar y reconozcámoslo de una vez, a los únicos a los que podía decir y no decir, responder y no responder el Coquí, era a la oposición y a los medios adversos al Gobierno. Vale decir nada que pudiera interesar al señor Boudou, no sólo porque seguramente se sabía de memoria todas las respuestas y todos los silencios, sino porque no tenían nada que ver ni con el rock, ni con las motos, ni con las minas- En consecuencia su presencia en el lugar era meramente protocolar, por no decir de adorno. Pero además es tan sabido como que si sigue así Racing no se salva de otro descenso, que carece de sentido que él prestara atención a lo que dijera el Coqui Capitanich, cuando en el Gobierno le dan menos bolilla que a una botella de agua mineral en una reunión de curdelas. Más aún, hasta es posible que haya recibido órdenes expresas “de arriba” de no abrir la boca. Y que si preguntó (ya que puede haber preguntado) ¿y entonces, qué hago?, dado que la sesión prometía ser lunga, le hayan recomendado algún entretenimiento, como el que eligió, pero nunca, como habría propuesto, que se lo viese haciendo un solitario o jugando a las bolitas. Por otra parte y esto sí que es interesante, Amado es, en la lista de funcionarios políticos del gobierno de la Señora, el que parece menos preocupado por el desenlace que pueda tener, ya sea que en el 2015 se los lleven a todos ellos los votos adversos o que apresuren su partida una inflación descomunal y un dólar galáctico. Acaso menos agitado por esa perspectiva que, eventualmente, por terminar en cana, es factible que mientras los demás sueñan con elecciones y alianzas que les permitan seguir chupando de la naranja fiscal, él haya estado concentrado, mientras no fingía estar jugando al sudoku, en algún ranchito que estará levantando vaya a saber en qué playa del mundo o en la Harley en la que llevará en ancas a la reina de la tanga de Abu Dabi. Porque, admitámoslo, no se trata solamente del ninguneo que viene sufriendo desde que asumió, ni de que tal vez haya descubierto que se hubiera visto mejor en una telenovela mejicana que ejerciendo acá la vicepresidencia. Es que la perspectiva de los que hoy son funcionarios de la Señora es más que triste, si advierten que ya sea que aspiren al regreso o a la permanencia en la categoría, deberán competir menos con los que hoy son oposición, que con la propia tropa comandada por el pibe Maravilla de la Señora. O, lo que es lo mismo, a la cola de los de la Cámpora. Lo que, por definirlo en términos futbolísticos, sería como si después de haber pintado como el pibe Messi en el Barcelona, terminara en el banco en Defensores de Belgrano. “¡Qué sudoku ni sudoku!” –se quejó el reo de la cortada de San Ignacio-. ¿Cómo se le ocurre a este hombre hacer eso, mientras el jefe de gabinete hablaba en el Senado?”. “Tiene razón, maestro –lo apoyó otro parroquiano-. Aunque le interesase un pomo lo que estaban diciendo, debió hacer como que prestaba atención”. “Pero no, maestro –lo corrigió el reo-. Lo que tendría que haber hecho, en lugar de practicar ese juego foráneo, es haberse juntado con otros tres senadores, que estaban en Babia como él y armar un truco de cuatro, pero sin canto, para no despertar a los que estaban apoliyando”.

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