lunes, 19 de agosto de 2013

TODOS Llamó a Juan. Llamó a Luis. Llamó a Marga. Uno no estaba. Otro permaneció callado. Ella ya había partido. Miró por la ventana. Allá abajo estaba el camino. Se largó a caminar. Y caminó, todo el día y toda la noche. Y siguió caminando. Y todavía más. Hasta llegar a un punto. Miró para atrás y no vio nada. Miró a un lado, a otro. No había nada. Estaba cansado, muy cansado. Se echó a dormir. A su lado creció un madero. Al cabo del madero, muy alto, letras, tal vez palabras. No alcanzó a saber qué decían. Pero supo qué decían. Allá estaba la multitud. Todos. Y también Juan y Luis y Marga. Todos y muchos más. No tuvo dudas. Había llegado.

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