sábado, 8 de febrero de 2014

Circo criollo PRIMERO, LO IMPORTANTE Una regla del buen político es saber separar lo importante de lo muy importante. Y vayamos al caso argentino. La inflación, el dólar blue, la escasez de tal o cual producto, las reclamaciones salariales, la inseguridad, los subsidios y alguna otra cosita, tienen su importancia. Lo que es innegable. Pero si ahora vamos a lo muy, a lo tremendamente importante, entonces en lo más alto del podio, bien pero bien arriba, hay una cosa, una sola cosa: Fútbol para Todos. Y porque nació para el cachetazo o porque sus alcances son muy limitados, es evidente que el Coqui Capitanich, traído del Chaco remoto para ungirlo Jefe de Gabinete, no lo entendió así. Y está pagando sus consecuencias. Porque si hay algo con lo que no podía meterse eso era, precisamente, Fútbol para Todos. Que es del dominio exclusivo del joven Kirchner, vía su mamá. Que es, casualmente, la Presidenta de los argentinos. Por eso, la simple pretensión de entregarle Fútbol para Todos al polifacético Tinelli, así como la idea de éste de convertir a esta joya de la corona en un simple vehículo comercial, destinado a ganar guita y por ende y acaso, darlo de baja en el Presupuesto Nacional, constituía una verdadera locura y, más que eso, un agravio directo al hijo de la Señora y un imperdonable ninguneo de La Cámpora. Que es, precisamente, el nido de los pichones K, de aquí a la Eternidad. O, al menos, mientras haya guita de la familia aún colocada en el país. Y esto no es nada. En cuanto crezca un poco el nietito acaso también adquieran una importancia capital para el Gobierno de la Señora, el ainenti, las bolitas, la mancha venenosa y la remontada de barriletes. Por lo que si de darle un consejo al Coqui se trata, en caso de que perdure en el cargo (lo que no es para nada fácil), es que debe estar bien atento al desarrollo físico del nene. Ya que si le pega con las dos piernas, la para con el pecho y la baja con la punta del botín, entonces hay que ir pensando en una extensión del Fútbol para Todos, que alcance también a las maravillas que es capaz de hacer este pibe con la globa. Además, y si bien esta pasión al fin y al cabo tan argentina por el fútbol, puede fastidiar a muchos, sobre todo los que ven que con la jubileta no llegan a fin de mes o, peor aún, viven bajo un puente o al reparo de un balcón, genera cierto alivio saber que aún la cosa podría haber sido peor. Para lo que basta con imaginar que al morrudo delfín de los K no lo atrajese tanto la de cuero, como el dominó, las damas o el Antón pirulero. Y que, en consecuencia, todos los fines de semana se transmitiesen en vivo y en directo, con el gobierno de la Cristina como sponsor exclusivo, el relato de Marcelo Araujo y los comentarios de Alejandro Apo, los partidos correspondientes a estos juegos. Un parroquiano se acercó al reo de la cortada, que estaba tomando su café, para cargarlo por su condición de fan de San Lorenzo. “Cómo se ve –le dijo- que al cuervo Tinelli lo rajaron de Fútbol para Todos. ¡Empezaron el torneo perdiendo con el que está en la cola, a punto de irse al descenso! ¿Y ahora, qué me dice, eh?” El reo terminó su café, llamó al mozo para que le cobrara y finalmente le respondió al cargoso, mientras buscaba, en los bolsillos del saco pijama, el último cigarrillo que aún le quedaba: “Maestro, usted dio en la tecla”. Y como el otro se quedara mirándolo sin comprender, el reo agregó: “El raje de este mozo Tinelli no tuvo nada que ver con el Fútbol para Todos, ni con Capitanich, ni con el pibe de la Señora. ¿Sabe qué pasó? Se lo digo, pero usted, muzzarella, no se lo cuente a nadie. Es que se avivaron que con el Papa y con Tinelli hinchas de Sanlo, ya era mucho robo. Y por eso, como no lo podían bajar a Francisco, le dieron aire a Tinelli. Pero no se caliente; los primeros maices son para las gallinas. Este año corremos de atrás”.

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